Esta vez no tengo nada que añadir excepto, muy bueno.
El pasado sábado 24 de febrero yo también te vi en Bilbao en acción desafiando la legalidad y buscando con ansiedad el enfrentamiento con la Ertzaintza. Andoni yo soy ertzaina y a diferencia de ti, yo tengo que ocultar mi identidad (para replicarte por tu carta publicada en DEIA el martes día 27 de febrero), pero vosotros habláis de libertad, de tortura, pero ¿cuál?: la del habitáculo poco más grande de un ataúd de las personas secuestradas por ETA, la de los casi mil personas asesinadas por ETA. ¿Cuál?
No me puedo creer que nunca pienses en la gente asesinada injustamente, en esa mujer que lleva flores a la tumba de su hijo de siete años asesinado por ETA en nombre de no sé qué patria, o a ese joven de Ermua asesinado, en los ertzainas, políticos, policías, jueces, periodistas, albañiles, jubilados, aber-tzales... asesinados por ETA.
Sólo te pido que cuando lleges a casa mires a tu gente y pienses lo que les gustaría a muchos, como tú lo haces, poder mirar a su gente. Pero ellos no pueden por que algún asesino conocido o desconocido se los ha quitado.
Me despido de ti Andoni, que seguro que somos de la misma edad, esperando que la próxima vez que alguien empuñe un arma en nombre de la libertad de Euskal Herria le dé para pensar y arroje el arma muy lejos, donde nadie más la pueda usar. Euzkotaren aberria, Euzkadi da.
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