El barrio de Txurdinaga contaba hasta hace algunos años con multitud de caserios y txakolís. De hecho eran conocidos los caldos realizados en esta zona.
Actualmente tan solo queda uno, cercano al colegio alemán de Bilbao y situado donde el ejecutivo vasco queire realizar unos bloques de pisos por sorpresa.
Esta construcción obligaría a destruir el único vestigio de lo que era Txurdinaga no hace tanto.
Esta medida ha hecho que el máximo dirigente de la Villa, el alcalde Iñaki Azkuna, se personara en dicho caserio y se interesara por la amenaza del ejecutivo vasco sobre esta viviende tradicionalmente vasca.
Es curioso que pese a que el plan de vivienda del ejecutivo autonómico vaya a utilizar tan solo una pequeñísima parte del terreno, opte por destruir este caserio.
LLama la atención los deseos del ejecutivo socialista de López por destruir una vivienda que representa el modo tradicional de vivir de los vascos durante años.
¿Un nuevo ataque a lo vasco por parte del PSOE?
¿Un gesto de normalidad, para que las viviendas sean todas a imagen y semejanza del resto del estado?
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