03 febrero 2013

Cordones de San Blas



Cuenta la tradición que ponerse alrededor del cuello uno de los cordones bendecidos por San Blas -que según escribe la historia curó milagrosamente a un niño al que se le había atravesado una espina de pescado en la garganta- protege de catarros y amigdalitis a quien lo lleve puesto. Para que este remedio surja efecto, el cordón debe permanecer junto a la garganta durante nueve días, contando el mismo 3 de febrero. Al terminar la novena jornada, el hilo debe quemarse. Desde ese momento, uno está inmunizado ante cualquier enfermedad de garganta.

Para hacerse con uno de estos milagrosos cordones de algodón trenzado solo habrá que acercarse hasta El Arenal, donde el olor a rosquillas acompañará a la jornada de misas. Los puestos comenzarán a instalarse a las siete de la mañana pero no será hasta las 7.45 cuando comiencen a dispensar, con diferentes precios, cordones por doquier. Y para que nadie se quede sin su cordón bendecido, el horario de compra es amplio, hasta las diez de la noche, una hora más tarde del término de las misas.



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