Una de cal y otra de arena.
Algo así debió pensar el ejecutivo autonómico vasco.
Por un lado la consejera de Cultura Blanca Urgell apelaba la semana pasada autilizar el euskera:
"Hemos asumido el compromiso de garantizar a las nuevas generaciones el conocimiento y el uso de la lengua vasca, así como prestigiar la imagen del idioma y fomentar el consumo de productos en euskera"
Claro que mientras decía esto el ejecutivo procedía a hacer otra cosa.
El Ejecutivo vasco demorará la aplicación de sanciones a los comercios afectados por el Decreto sobre los derechos lingüísticos de las personas consumidoras y usuarias --que establece la obligación de atender y rotular en euskera para determinadas empresas-- "hasta que la realidad sociolingüística lo aconseje".
¿Qué entenderá el ejecutivo entonces por fomentar?
Si un ciudadano vasco intentaba dirigirse a una gran empresa en euskera y la empresa un mínimo de atención en euskera era multada, ahora con el ejecutivo del PSOE eso no sucederá y entonces, ¿por qué el ejecutivo anima a hablar en euskera?
Y es que el ejecutivo quiere algo así:
- Egun On! Mesedez, laguntza behar dut. Non dago Trafiko bulegoa?
- Lo siento, háblame en español que no sé euskera.
- Baina, nik ez dakit gaztelaniaz hitz egiten. Baserri batean bizi naiz eta...
- Oye, majo, que me hables en español, que no te entiendo.
- Baina, nire eskubideak ditut.
- Mira majo, cuando aprendas a hablar en cristiano, vuelves, que no tengo por que aguantarte, que ahora manda Patxi López.
Mientras tanto, las clases de euskera de Patxi, esas a las que no va porque hace piras ( pero lleva justificante de sus padres), cuestan 51.250 euros y si repite curso, 73.200 euros.
Vamos que menudo es la sucursal vasca PSOE con esto del euskera.
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