El director de relaciones externas de Caja Laboral(Euskadiko Kutxa), Isidro Elezgarai, recibió la noticia de estar entre los candidatos al pregón “con gran ilusión”, pero se veía como el ‘patito feo’ por la gran popularidad del resto de elegidos.
Isidro realiza uno de esos trabajos que no se ven, que tiene que ver con ONGs, asociaciones deportivas, culturales, de inclusión social y con la economía.
Nos cuenta que “no albergaba ninguna esperanza de ser pregonero”.
–Y finalmente pregonero...
–La designación me pilló en un avión viniendo de viaje. La noticia salió publicada
en un medio online y el Ayuntamiento necesitaba mi consentimiento para hacerla oficial.
Cuando llegué tenía 61 mensajes y pensé que había pasado algo en la caja. ¿Qué bilbaino puede negarse a ser pregonero?
Es uno de los mayores orgullos. El otro es ser Alcalde, pero no quiero saber nada de la política. Ya he llegado al techo de todo lo que me puede dar Bilbao.
–Detrás de usted está una entidad que celebra su 50 cumpleaños.
–Creo que lo del aniversario es una coincidencia.
Han elegido a una persona que representa a una entidad, al igual que un futbolista del Athletic representa al Athletic. Represento también a miles de bilbainos que desde su trabajo realizan acciones por y para Bilbao.
–Desde algunos sectores se ha criticado que una caja de ahorros esté detrás del
pregón en tiempos de crisis.
–Yo separaría los temas. El nombramiento se lo han dado a una persona en concreto que lleva 29 años trabajando en favor de Bilbao, de Bizkaia y de este país. El que quiera verlo así que piense qué entidades más fuertes han celebrado su centenario y no han tenido pregonero.
–Uno de los candidatos era Fito Cabrales.
–Yo hubiera votado por él. Para mí era el ‘gallo’ y tiene que ser pregonero algún año porque es Bilbao en estado puro.
–Para muchos bilbainos es un desconocido ¿cómo se describiría?
–Soy una buena persona, o al menos eso dicen, y muy trabajadora. Siempre he sido un hombre puente. He tendido puentes entre todas las personas independientemente de ideología, raza, sexo, religión... es un poco el principio del sitio donde trabajo,lano discriminación y el no construir muros.
–¿Cómo vive las fiestas?
–Cuando tenía veintitantos mi habitat natural eran las txosnas. Luego te vas haciendo mayor, más vago, el cuerpo no te aguanta tanto, y vas buscando espacios tranquilos. Me gusta ir al teatro, a algún concierto, a los toros y, sobre todo, tomar un traguito tranquilo en alguna terraza.
–¿Con que actividad del programa se quedaría?
–Me quedaría con algo que ya no existe que era la ‘Sokamuturra’ en el Arenal. Lo
que me gusta de la fiesta de hoy es que hay mucho donde elegir. La mayoría de actividades son gratuitas y hay espectáculos para todos, desde jóvenes a abuelos.
–¿Hay algo que le falte por hacer en fiestas?
–Montarme en un elefante. Un año subí en globo pero estaba atado con una cuerda a El Arenal, era subir y bajar.
–¿Ha pensado en el momento de salir al balcón?
–No, porque me entra pánico escénico. Estoy acostumbrado a trabajar de cara al público, pero en otro tipo de foros.
–El Ayuntamiento siempre aboga por un txupin limpio. ¿Teme la llegada de algún huevo?
–Creo en el buen hacer de todos. Si tengo que recibir algún huevo estaré preparado. Cosas más duras he pasado en esta vida.
–Las comparsas irán de negro al txupinazo.
–Yo encantado, negro es mi cinturón de Taekowondo y mi camisa de baile. Las comparsas aman la fiesta y me imagino que harán las reivindicaciones de una manera creativa, sin dañarlas.
–¿Ha pensado en el discurso?
–No tengo nada pensado. Todo irá en relación con la actualidad. Tendré en mente a mi aita, un bilbaino que aunque haya fallecido, estará viéndome y estará muy orgulloso. No me resultará dificil preparar el discurso. Al fin y al cabo vivo de ello.
Por Alberto Álvarez Caller. Publicado en el Periódico Bilbao.(Agosto 2010)
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