El 29 de febrero de 2008, los socialistas y el resto de los grupos parlamentarios, a excepción del PP, firmaron una enmienda conjunta en la que instaban al Departamento de Transportes del Gobierno vasco, entonces dirigido por la jeltzale Nuria López de Gereñu, a que "concluya los trabajos que posibiliten la llegada del tranvía a Rekalde para 2009".
En aquella enmienda conjunta se hacía expresa referencia a la "compatibilidad y complementariedad entre el desarrollo del tranvía y la llegada del servicio metro" y en la comisión del Ayuntamiento de Bilbao que abordó esta cuestión, el representante del PP fue el único que se negó a apoyar que el tranvía llegara al barrio.
En la reunión del Consejo de Distrito de Rekalde, el concejal socialista señor Txema Oleaga apoyó entonces la puesta en marcha del tranvía y del metro mientras que su "socio preferente" mantenía su negativa con coherencia.
Sin embargo, en junio de 2009 y cuando estaban a punto de empezar las obras para el tranvía, llegó la autoridad, en este caso el nuevo Gobierno vasco socialista, y mando a parar el proyecto.
La sorpresa y la indignación fue mayúscula. Una obra con financiación aprobada y lista para su inicio se paralizaba sin más.
Los consensos y los acuerdos saltaban por los aires de la mano de la incoherencia y de la falta de lógica. El Gobierno del PSE y su "socio preferente" habían decidido que Rekalde se quedaba sin tranvía.
Entiendo la postura del no por el no del PP puesto que va en su línea, lo que no se entiende es la metamorfosis que ha obrado el Partido Socialista de Euskadi en este asunto.
Nos ha tomado el pelo en el Parlamento Vasco, en el Ayuntamiento de Bilbao y en el Consejo de Distrito de Rekalde. "Han cambiado las prioridades", alegan los socialistas. Pero no, las prioridades del barrio de Rekalde son las mismas antes y ahora: a corto plazo, el tranvía; a largo plazo, el metro.
Joseba Landa. Vecino de Rekalde
Carta al Director Publicada en el diario DEIA (29.09.09)
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