Entre las últimas decisiones polémicas se encuentra que el Departamento vasco de Interior va a vaciar de funciones y de agentes a los Centros de Mando de Control (CMC) de las comisarías de la Ertzaintza, encargados de trasladar las órdenes de los mandos a las patrullas y de suministrar a los agentes la información que soliciten.
Fuentes de la sección de ELA en la Ertzaintza aseguraron al diario DEIA que "se va a perder calidad en el servicio", ya que se acabará con el factor de cercanía y proximidad. "El agente que esté trabajando en Oiartzun igual no conoce las zonas de Bergara o de Eibar, conocerá sólo su zona. Se van a limitar a mirar el GPS y ya está", agregaron.
De esta forma se consigue que un agente que actue en otra zona esté desorientado y no haga correctamente su labor de seguridad.
No contento con esta medida, Ares, ha decidido también uniformizar y uniformar a la Ertzaintza.
"Parecen demasiado vascos con txapela", se supone que pensó Ares.
El gasto de los nuevos uniformes supondrá un gasto de 4 millones de euros.
La fuerza política mayoritaría en la CAV, EAJ-PNV, criticó este gasto y la decisión de deshacerse de la txapela, un elemento que caracterizaba a la policia vasca y es base de su idiosincrasia.
Ares entendió dichas críticas como
"una estrategia de minusvalorar los avances que se están produciendo en la Ertzaintza"
Pero son "avances" que no los ven ni los propios sindicatos de la Ertzaintza ya que el sindicato ERNE, muy crítico con el nacionalismo vasco y con los consejeros de Interior de EAJ-PNV, consideraba de "amenazantes" las medidas de Interior.
Y es que si Ares pudiera retiraría esa "dichosa" txapela que llevan los ciudadanos vascos por la tradional gorra "cañí", para "normalizar" más esta tierra de bárbaros.
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