Como dos gotas de agua; o, mejor, como dos gotas de sirimiri que es más típico de Bilbao, así son Mikel Bilbao, txistulari municipal, y Juan Antonio Frade Villar, K-Toño (hijo), escritor y dibujante, Farolín y Zarambolas 2012. Compartirán este año escenario para someterse al juicio más carnavalero de la villa. "Estamos encantados, pero nos da un miedo", dicen entre risas. En un cara a cara, divertido y distendido, Mikel y K-Toño cuentan a DEIA sus peripecias de juventud y mil aventuras que han compartido. "Qué bien lo hemos pasado, ¿eh?", dice K-Toño a Mikel.
Vaya dos patas para un banco.
K-Toño Frade: Ja, ja. ¿Te parece? Con lo majos que somos.
Mikel Bilbao: Estamos encantados de estar juntos en esta historia.
Ya eran amigos antes de Zarambolas y Farolín.
K-T: Mucho antes, nos conocemos desde hace 50 años. Somos como hermanos.
M.B: Lo de Zarambolas y Farolín es otra cosa más en nuestras largas vidas juntos.
¿Contentos?
K-T: Mucho. Me hizo gran ilusión cuando me enteré que me nombraban a mí a la vez que a Mikel. Además, lo que son las casualidades, hace 21 años, en 1989, mi aita fue nombrado Zarambolas.
M.B: El mismo año que 'Boni', también txistulari municipal, amigo y maestro, fue Farolín. Nos enorgullece, no solo por ser de Bilbao y por lo que representan ambos personajes, sino porque estaremos juntos.
¿Nerviosos?
K-T: ¡Ay!, ¿qué nos harán Mikel? ¿No te da miedo? Yo ya me he preparado el disfraz y tú tienes que ir vestido como yo te dije. Me haría ilusión.
M.B: Tú, tranquilo, que no te voy a defraudar.
¿Cómo van a afrontar el juicio?
K-T: Solo de pensarlo se me pone carne de gallina y nos sale pelo. No sabemos nada, ¿nos darán un guión, no, Mikel?
M.B: ¡Improvisamos, qué vamos hacer!
K-T: Mientras que no haya tanta gente como cuando nombraron a mi aita Farolín. Aquello sí que fue gracioso.
¿Tanta gente acudió a aquel juicio?
K-T: Mi padre estaba enfermo y tuve que ir yo para sustituirle. Aquel año se celebró en uno de los pabellones de la antigua feria de muestras. Llego a la feria y allí había al menos 8.000 personas. Y me dicen: Jolín, K-Toño, vaya poder de convocatoria que tienes. Y yo, todo orgulloso, voy y me lo creí.
M.B: Es que tienes un sex appeal...
K-T: Sí, sex appeal. Había tanta gente no porque estaba allí, sino porque Loquillo daba un concierto. Ja, ja.
Vaya decepción.
K-T: Qué le vamos hacer, de todos modos, este año sí soy Zarambolas iré guapísimo, fíjate que hasta igual me quito la perilla. Y tú, Mikel ¡déjate patillas, largas!
M.B: Anda, anda, lo que nos faltaba.
¿Para ser de Bilbao hay que ser fanfarrón?
Nooooooooooo. (Responden a la vez).
K-T: Eso son tonterías.
M.B: Cuando oigo eso, no lo entiendo.
K-T: Mi padre decía que en el póquer el farol es decir lo que uno no tiene. En Bilbao, presumimos de lo que tenemos.
M.B: Eso, eso. No hay más. Al que lo guste bien, y al que no, ellos verán.
Uno de Solokoetxe y el otro de Indautxu.
K-T: Pero de Bilbao, en definitiva.
M.B: Nos hemos movido siempre por las siete calles, yo tenía la academia de txistu en el Casco Viejo y, después, quedábamos para chiquitear.
¿Compartían solo poteo?
K-T: Poteo y más de una fiesta. (Risas). Siempre salíamos en cuadrilla, andábamos en el mismo grupo de baile, en el de monte... Unos, como Mikel, iban a bailar; otros, como yo íbamos a merendar, porque yo, muy bailongo no es que haya sido; sí he bailado, pero tampoco como tú, Mikel.
M.B: A mí siempre me ha gustado mover el esqueleto. Recuerdas, ¿K-Toño cuando íbamos de marcha a Zamudio?
K-T: Vaya que si me acuerdo...
¿Ligaban mucho?
K-T: Lo que se podía. En aquellos tiempos éramos jóvenes e íbamos al a arrimar. O se intentaba.
M.B: Arrimar entonces era misión imposible. Por medio de la pareja podían pasar hasta una yunta de bueyes. Las chicas ponían el brazo y no había forma de acercarse. (Risas).
K-T: Lo hemos pasado bien. Cuando volvíamos de Zamudio, en el último tren, chicas y chicos hacíamos una parada en las calzadas de Mallona.
M.B: Parada obligada.
K-T: Allí, Mikel y otros txistularis de la cuadrilla, tocaban el 'Agur Jaunak' como despedida. (Se me está poniendo hasta la carne de gallina).
M.B: Todo esto ante la mirada de los grises que estaban en la comisaría de Mallona, en María Muñoz.
Cuánto sirimiri ha caído desde entonces, ¿eh?
K-T: Uf, mucho. Antes sí que había sirimiri, ahora, apenas cae.
M.B: Sin sirimiri Bilbao no sería Bilbao.
Pero con sirimiri y sin él, ¡cuánto ha cambiado Bilbao!
K-T: Impresionante. Una barbaridad.
M.B: Cantidad, a veces echamos la mirada atrás y da hasta vértigo. Bilbao ha sido una ciudad industrial, con un puerto y empresas dedicadas al hierro.
K-T: Es lo que daba de comer a la villa, al territorio. La Palanca estaba considera como de las mejores zonas de alterne del mundo. Y no es una fanfarronada.
Cuando salen de Bilbao, ¿qué es lo que echan de menos?
K-T: Yo apenas salgo. Pero si tuviese que irme, echaría de menos todo, hasta el sirimiri. ¡Ah! y los amigos.
M.B: Yo sí salgo, pero me voy tranquilo porque sé que se queda K-Toño al cuidado de la villa. De Bilbao echo de menos todo.
¿Si volviesen a nacer sería en Bilbao?
K-T: Por supuesto.
M.B: Claro, ¿dónde pues?
Ay, qué sería de Bilbao sin ustedes.
K-T: Pues, mira. Algunas veces, quedamos Mikel y yo para subir en funicular a Artxanda y ver cómo se ve Bilbao sin nosotros.
Y, ¿cómo lo ven?
M.B: Bajamos rápido porque no te creas que se queda muy bien. Aprovechamos para tomar un txakoli donde Maite, o donde Antón. Y solemos cantar. Preparado, ¿K-Toño?
K-T: Venga. (Bat, bi, hiru).
El que quiera el que quiera patinar, de lo lindo, de lo lindo, el que quiera el que quiera patinar, de lo lindo de lo lindo que suba el funicular. Desde allí se ve la mar, pajaritos a millares, desde allí se ve la mar, pajarillos a volar.
¡Qué voces! ¿Y estos dos cantantes son coquetos?
K-T: Yo sí. Me gusta ir elegante.
M.B: Sí, a mí también me gusta prepararme.
¿La txapela es un complemento imprescindible para los bilbainos?
K-T: Por su puesto. Además estamos en el club de amigos de la boina.
M.B: Con txapela estamos guapos, no ¿crees?
Elegantes e interesantes. Y la corbata, ¿qué?
K-T: Uf, eso me encanta. Esta corbata que llevo hoy -de rayas roja y blanca- me la regaló el anterior presidente del Athletic, García Macua. Es preciosa.
M.B: Yo también suelo llevarla, pero cuando me tengo que poner el traje de gala en el Ayuntamiento, entonces, siempre llevo corbata.
K-T: A mí me gusta ir con pantalón mahón y camisa blanca. De jóvenes solíamos ir a la romería de San Roque así de elegantes.
Para ser de Bilbao, ¿hay que ser fiel a la Virgen de Begoña y del Athletic?
Por supuesto. (Coinciden).
K-T: Yo soy yo romero mayor de la Virgen de Begoña.
M.B: Yo hermano mayor honorario de la cofradía de la Virgen de Begoña. Y los dos leones del Athletic.
El chiquiteo lo siguen manteniendo, y a misa, ¿suelen ir?
K-T: Sí, claro. No todos los domingos.
M.B: Por supuesto. Tampoco somos como el Papa, pero sí, yo suelo ir. Somos bilbainos normales, de amar al prójimo y mejor a la prójima, ¿eh?
¿Y rezan?
K-T: Todos los días.
M.B: Claro, hay que rezar.
¿Tienen alguna canción preferida?
K-T: Hay una que me has enseñado tú, Mikel, que me encanta.
M.B: ¿Qué, nos ponemos?
K-T: Claro. Se llama el barrio amarillo. Al barrio La Cruz se le conoce por ese nombre. Dicen algunos, -mal dicho-, porque estaba pintado de amarillo. De amarillo no ha estado pintado nunca, en todo caso de crema. El barrio de la Cruz lo hicieron los obreros del patronato, obreros Católicos. Mikel canta esta canción muy txirene.
En términos de Begoña, un barrio se ha construido y que bien pudiera llamarse el nuevo barrio amarillo, para habitar en él es condición precisa ir por la tarde al rosario y por la mañana a misa, rezar antes de comer y no asomarse a la ventana -fíjate tú que crimen- y para las nueve de la noche estar metido en la cama. Si alguna persona quiere tener buena habitación pase por el patronato que ahí le darán razón.
La vida, con humor, mucho mejor.
K-T: Sin duda. La vida es corta, hay que ponerle salsa a la vida.
M.B: Bastante problemas hay en la vida como para no ponerle un poco de humor.
¿Se han aburrido alguna vez?
K-T: Nunca y eso que soy hijo único.
M.B: Yo soy el tercero de seis hermanos y tampoco recuerdo haberme aburrido jamás.
¿Amigos de sus amigos?
K-T: Sí, para mí la amistad es muy importante. Un bien que hay que cuidar y no descuidar.
M.B: Es que los buenos amigos hay que mimarlos y cuidarlos. No hace falta más que mirarnos.
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