Es una pena que nos enteremos que el barrendero de Madrid, que todos los días animaba a los niños de un colegio cantando la canción de la serie de dibujos animados de Bob Esponja, haya dejado de cantar por miedo a que le puedan despedir.
Levaba 5 años cantándoles a los niños y animándoles. Los niños se agolpaban a las puertas del colegio simplemente para verle.
No es famoso. No sale en las revistas ni en la televisión. Y sin embargo los niños estaban "atontados" con él.
En esta sociedad seria, incluso trágica, que vive de las desgracias propias y ajenas una persona, parece que no hay sitio para la alegría.
Y lo peor de todo es que el trabajador tenga miedo del despido.
Si bien es verdad que es un trabajador subcontratado para una entidad municipal, se debería de dar una oportunidad a esta persona que sin ánimo de lucro alguno y con el único beneficio de la sonrisa de los niños se da por bien pagado.
Se le debería de dar confianza y decirle notoriamente y públicamente que esté tranquilo y que puede continuar cantando sin ningún tipo de peligro e incluso que puede continuar así para hacer de este triste mundo un poquito más feliz.
Es triste...
ResponderEliminarya le hicieron una entrevista en la radio y tengo entendido que su jefe le había dicho que no pasaba nada.. (eso dijo el en la entrevista)
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