29 octubre 2012

Cuando no existe un Plan B

Decía Otto von Bismarck, primer ministro de Prusia y canciller de Alemania considerado fundador del Estado alemán moderno, que nunca se miente tanto como antes de unas elecciones, durante una guerra o después de una cacería. De lo de la cacería no tengo idea, nunca he estado en una. Tampoco en una guerra, aunque nuestra historia, y nuestro entorno, está plagado de ellas. Y... sobre los compromisos adquiridos en elecciones y que luego se olvidan solo puedo decir que me ha tocado participar en muchos procesos electorales. Desde la sala de máquinas, asumiendo algún tipo de responsabilidad pública, acompañando candidaturas en mi función de responsabilidad orgánica en EAJ-PNV o, como en esta ocasión, como candidato a lehendakari. Y, en todos y cada una de ellos, el Partido Nacionalista Vasco no ha prometido algo que no estuviera dispuesto a cumplir. Así planteamos también desde el PNV esta campaña terminada.

Ya más de dos meses antes de que el lehendakari López convocara las elecciones, elaboramos el primer boceto, un primer esbozo de campaña electoral. Aun antes de saber quién iba a ser finalmente nuestro candidato o candidata. Apenas tres primeros folios, a modo de briefing, en los que se dedicaba una parte muy importante a la forma de abordar no solo la campaña sino el estilo EAJ-PNV. Y me gustaría recoger textualmente en este artículo una parte de este primer compromiso de campaña que compartimos en aquellas primeras reuniones todo el equipo...

"¿Cuál ha de ser nuestro compromiso? Primero, lo más importante: decir la verdad. No prometer lo que no se va a poder cumplir. Explicar a la ciudadanía que no vamos a poder solucionar todos los problemas, pero que lo vamos a intentar. Decir a la gente que vamos a exigir esfuerzos adicionales y que nada se podrá conseguir sin esfuerzo.

Nos va a costar salir de esta situación pero tenemos que:

-Recuperar el tiempo perdido.

-Recuperar la seriedad, la disciplina y el rigor en las instituciones.

-Recuperar posiciones para que nuestras empresas generen valor. Porque con el valor económico llegará el empleo.

-Recuperar la imagen de Euskadi en el mundo, frente a la marca España.

-Nuestro objetivo prioritario es Euskadi. Su gente. Su presente y su futuro.

-Nuestro objetivo es salir del impasse. Todos. De manera conjunta.

EAJ-PNV debe ser quien afiance los pasos, garantice la seguridad del trayecto y dinamice el paso para que nadie se quede atrás".

Hasta aquí, textualmente, lo que era nuestro primer documento interno de posicionamiento ante las elecciones y que no tengo problema en desvelar porque, insisto, responden al estilo EAJ-PNV. Eran apenas 549 palabras que han sido la guía de nuestra campaña.

Decir la verdad. No prometer lo que no estuviéramos dispuestos a cumplir. Y no enzarzarnos en peleas estériles con el resto de los candidatos y candidatas. Siempre se ha dicho que lo que "se hace en campaña se queda en campaña". Las elecciones son momentos de polarización y combate, en los que, a veces, se exagera lo que nos diferencia. Pero mucho mejor es poder decir que los compromisos de campaña puede uno trasladarlos, casi miméticamente, después de la campaña a la sociedad... Y que el nivel de crispación y de enfrentamiento, al menos en la parte que le corresponde a uno, ha sido acorde con los planteamientos que se han defendido y los que luego se piensan defender. Nosotras y nosotros podemos decirlo.

Se atisban nuevos tiempos después de la campaña, o eso me parece entender. O, por lo menos, prefiero quedarme con lo más positivo que estoy escuchando estos días, aunque sea aplicando todas las dosis de ingenuidad necesarias.

Así, el jueves escuchaba al lehendakari López, secretario general del tercer partido en votos y escaños, hablar de recorrer el camino del autogobierno juntos. Me parece bien. Y quiero entender "autogobierno" -porque así lo dijo también en algunos de los debates públicos- como también "más autogobierno". Laura Mintegi -EH-Bildu- ha hablado también de acuerdos. Y que no importa tanto con quién sino el para qué (ahí lo dejo). Leo en alguna entrevista que responsables del PP llaman a acordar. E incluso le he escuchado al parlamentario electo de UPyD, Gorka Maneiro, estar dispuesto a votar algunos temas con EH-Bildu (aunque sean en planteamiento en contra del Partido Nacionalista Vasco). Hace tan solo unos meses pedían en Madrid la ilegalización de Bildu y Amaiur.

Lo hemos dicho y lo vamos a seguir manteniendo durante estos días -van a comenzar los encuentros entre los diversos partidos políticos- y durante estos cuatro años: Euskadi necesita grandes acuerdos.

Si algo (de lo mucho) hemos aprendido y algo (de lo mucho) nos han enseñando nuestros predecesores es que este país no puede construirse unos contra otros, desde la división o la exclusión. Ni siquiera en épocas de bonanza. Pero cuando las urgencias son las que son, cuando los desafíos que tenemos que afrontar son tan difíciles e importantes, aun menos.

Todos, grandes y pequeños, en el Gobierno y en la oposición, vamos a tener que aportar para conseguir que los hombres y las mujeres de este país, con independencia del partido al que hayan votado, -o si no lo han hecho-, vuelvan a sentir un motivo de esperanza.

Necesitamos acuerdos nacionales. El primero y muy importante, lo que para mí es la gran urgencia, un acuerdo para salir de la crisis y crear empleo y riqueza. Sin empleo y riqueza hay muy poco que construir (mientras estoy escribiendo este artículo se están publicando los datos de paro de la Encuesta de Población Activa. Y Euskadi tiene los peores datos porcentuales de todo el Estado). Euskadi necesita de grandes acuerdos. Euskadi no tiene un plan B ni se puede permitir tener un plan B. Porque o salimos de esta o... salimos de esta. No hay otra opción para Euskadi. O generamos economía y creamos empleo o... generamos economía y creamos empleo.

Precisamos acuerdo para alcanzar una paz duradera. Para convivir en armonía en el futuro

Y acuerdo para avanzar y para crecer como Pueblo, como Nación en Europa. Defender y proteger lo que somos sin odiar ni causar enfrentamiento con lo que no somos.

Esa es nuestra prioridad y nuestro empeño.

En 1960, cuando falleció el lehendakari José Antonio Aguirre, el Partido Nacionalista Vasco supo reconocer su aportación y su legado: "Había dedicado su vida a hacer de Euskadi una Nación de vanguardia". Esta es la idea que sigue moviendo hoy en día a un Partido Nacionalista Vasco que mantiene su pensamiento humanista y el compromiso político con la construcción institucional de la Nación Vasca.

Trabajamos para que Euskadi sea una Nación de vanguardia, avanzada, en el ámbito económico, cultural, educativo y social; y en el marco de la Unión Europea. Una Nación en la que nadie se quede atrás.

Por Iñigo Urkullu Renteria,
* Presidente del EBB de EAJ-PNV y Futuro Lehendakari de Euzkadi



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1 comentario:

  1. "Por solo 1,5 euros se pondrán degustar los 72 pintxos"

    Cada pintxo a solo 0.02083 periodo.
    El cielo tiene que estar cerca!

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