En plena Plaza Circular se ubicaba el Hotel Terminus, un hospedaje que daba cabida a 102 lujosas habitaciones.
Inaugurado el 1 de julio de 1893, fue obra del gran arquitecto bilbaíno Severino de Achúcarro y Mocoroa (Bilbao, 1941-Paris, 1910).
Cuando se hizo el hotel, se pensó en la idea de enlazar con una pasarela cubierta el acceso de la propia estación de tren con el hotel.
Era un hotel de máximo lujo, y para ello, todas las habitaciones contaban con los más novedosos ingenios de la época, luz eléctrica, calefacción y un magnífico ascensor. De esta forma se convirtió en uno de los primeros edificios de la Villa en disponer de este artilugio.
Pero la tragedia siempre estuvo vinculada al hotel.
Dos accidentes sucumbieron la tranquilidad del hotel. El primero de ellos sucedió el 29 de octubre de 1896.
Cuenta la crónica de la época que un tren que llegaba a la estación cargado del mineral que necesitan las empresas de la ciudad, empotró con los vagones del tren que venía de Orduña e hizo que éste último saliera despedido, rompiera el muro de la elegante estación, se abalanzara sobre la pasarela y se estampara a los pies de las cristaleras del hotel.
Otro trágico suceso aconteció en agosto de 1927.
Tras este hecho, se cesó con la gerencia del hotel. Pasando posteriormente a ocuparlo la Caja de Ahorros, BBK después, y finalmente dando lugar al centro de Turismo Bilbao-Bizkaia.
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