Durante la víspera del 5 de febrero, multitud de coros invaden las calles y los pueblos de Euzkadi para entonar la canción en honor a
la santa mártir. El canto se acompaña con golpes en el suelo de los palos que llevan (makilas). Al parecer, esta singularidad tiene un origen pagano y simboliza la llegada (lenta pero segura) de la primavera: la makila sirve para golpear la tierra para que despierte.
Es tradición recorrer las casas o las calles de los municipios dando a conocer que mañana se celebrará la festividad de la Santa.
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