08 marzo 2013

Emakumearen Nazioarteko Eguna Declaración Ayuntamiento de Bilbao


Sin dejar de reconocer los logros conseguidos en materia de igualdad de mujeres y hombres, la persistencia de la brecha de género constituye un motivo más que suficiente para seguir celebrando el 8 de marzo como un día internacional para la reivindicación de la necesaria igualdad de mujeres y hombres desde el prisma de la diversidad.


Una vez más el Ayuntamiento de Bilbao quiere hacer un llamamiento a la ciudadanía bilbaína para hacerle consciente de que el “cambio” no nace espontáneamente, sino que hay que hacerlo, construirlo, mirando no sólo a las oportunidades sino también a los resultados.

“El cambio no nace, se hace” es el lema elegido para la celebración del 8 de marzo. Los resultados del estudio sobre los usos sociales del tiempo en Bilbao impulsado por el Área de Igualdad, Cooperación y Ciudadanía del Ayuntamiento de bilbao demuestran que es necesario seguir impulsando políticas de igualdad para que la ciudadanía, hombres y mujeres a partes iguales consigan un reparto equitativo de los tiempos.

Situación general del uso del tiempo en Bilbao

El estudio intenta ser una instantánea de los usos del tiempo de bilbaínas y bilbaínos, un resumen de las dedicaciones, obligaciones y costumbres de la ciudadanía desde la perspectiva de género, en la que se reflejan las diferencias entre hombres y mujeres de la Villa.

A lo largo de un día medio semanal, mujeres y hombres en Bilbao dedican casi la mitad del día a necesidades fisiológicas (descanso, cuidado de la propia persona y comidas) y casi la otra mitad a actividades relacionadas con el trabajo (formación, trabajo doméstico y cuidado de las personas en el hogar). En lo que respecta al tiempo dedicado a las actividades relacionadas con el trabajo, las bilbaínas dedican una hora menos al trabajo retribuido, pero invierten dos horas más en los trabajos domésticos que los hombres y 46 minutos más en el cuidado a personas mayores. Estos datos ponen de manifiesto que, las bilbaínas, dedican más tiempo que ellos al trabajo doméstico (3:30 horas frente a las 1:27 de ellos) y al cuidado de las personas del hogar (2:36 frente a los 1:50 de los bilbaínos), reflejo de la llamada “doble jornada laboral” que tiene las mujeres al sumarse el trabajo remunerado y el trabajo doméstico.



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