Antonio Basagoiti, portavoz del PP en el ayuntamiento de Bilbao, declaraba el otro día que, tras la resolución del Tribunal Supremo que indica que la bandera española debe ondear en las instituciones oficiales, irá a los tribunales si la bandera de su nación no ondea seguidamente a la tradicional "subida" de banderas del día grande de la Aste Nagusia Bilbaina.
Lo mejor no es que defienda esta acción, que aunque no me guste me parece legítima, sino los argumentos que esgrime.
Sé que algunos dicen que esto es crispar y otros que les causa sarpullidos ver la bandera española, pero si la viesen todos los días del año no les saldría ningún sarpullido y no les supondría ninguna excitación
Si algunos se acostumbran a ver la bandera de su país, de España, en Bilbao, no habrá ningún tipo de problema.
La bandera española es tan bilbaina como la ría o como el Pagasarri
(SIC)
Empecemos por el principio.
No resultaría crispante esta situación si no ondease ninguna bandera en el ayuntamiento de Bilbao a excepción de la bilbaina.
Excitación solo les resulta a los miembros del PP y a algunos del PSOE ver la bandera española, no a la mayoría de los bilbainos y bilbainas.
Algunos verán la bandera de su país, España, en sus despachos y otros muchos, la mayoría, verán la bandera de su país, Euzkadi, en sus despachos, ya que una ley de banderas y símbolos española impide que la vean en las instituciones oficiales como sería su deseo.
Si algunos se acostumbrarían a reconocer qu8e en Euzkadi, y que en Bilbao en particular, existe una sensibilidad diferente a la española, no habría ningún problema.
La bandera española NO ES BILBAINA.
Bilbainos son los pasteles de arroz, las baldosas, los bollos de mantequilla, Mari Jaia y la ikurriña (diseñada en Bilbao por Sabino Arana Goiri.
La bandera española actual proviene de la derecha española, cuyo actual representante es el PP.
Dejenos a los bilbainos y bilbainas de crispaciones.
Respete que la bandera española no ondeará de seguido junto a la ikurriña, a excepción de que usted o algún representante de su partido o del PSOE gobierne alguna vez en el ayuntamiento de Bilbao, jamás.
No imponga unas banderas sobre otras, y deje que cada uno lleve su sentimiento en el corazón.
