Que algunos ciudadanos provenientes de las afueras de Bilbao decidan quemar, romper y atacar en general material urbano, pase.
Que estos ataques supongan un gasto general de más de 140.000 euros que no abonarán ellos sino la ciudadanía bilbaina en general, pase.
Que agredan violentamente a los agentes (tirándoles sacos de cemento, ladrillos y piedras) que "con la ley en la mano" se ven obligados a hacer cumplir las normas otorgadas a todas las ciudadanas y ciudadanos de la Villa, pase.
Que insulten y se regodeen en los foros de Internet por la enfermedad del Alcalde más votado en la historia de la Villa y más querido en general, pase.
Que se defienda el derecho de mantener un restaurante sin la supervisión de una inspección de sanidad , pase.
Que agredan a los autobuses de Bilbao con gente en su interior tirándoles piedras y rompiendo cristaleras, pase.
Que se defienda organizar actos sin las debidas medidas de seguridad que establece la normativa de evacuación, pase.
Pero ya que intenten agredir mediante amenazas la libertad de una ciudadana bilbaina por el mero hecho de ser hija de un concejal, ya no pasa.
Es una verdadera vergüenza que ataquen las libertades individuales de una bilbaina manchando la puerta de su casa y señalándola por la calle.
Espero una verdadera disculpa por parte de los agresores y una condena de lo sucedido a quel grupo político con representación municipal que estaba "detrás" de la pancarta de Kukutza.
Yo no voy a pedir la dimisión de los concejales.
Simplemente por el mero hecho de que les doy la oportunidad de cambiar lo sucedido y entiendan que se les ha ido de las manos, pero es lo que tiene estar a la cola de los conversos, que han tenido poco tiempo para entender que por ese camino no se va a ninguna parte.
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